lunes, 23 de agosto de 2010

A FERNANDO... Para uno de mis dilectos discípulos, Fernando Soto

En las manos de Fernando la guitarra

se parece a una mujer recién amada

tan rendida a los caprichos de sus dedos

tan igual a una canción enamorada

y las notas sobrevuelan, cristalinas

una noche de verano en serenata

donde el vino se celebra con amigos

y el amor anda de fiesta desatada...


Fernando libera un duende

con su música de estrellas

por los caminos sin dueño

de una noche musiquera

Son los mismos, los que anduve

sin brújula ni destino

osado de presunciones

dilemas y desatinos.


En vos Fernando se queda para siempre

la búsqueda perfecta de un camino

certezas de este cielo diferente

que busca entre tus manos un destino...


Regala con tus manos y a tu gente,

la exacta dimensión de tu sonido.

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