Recuerdo aquella noche
que llegaste a mi vida
con el tierno aleteo
de tus alas quebradas
pensando que el amor
que te habian contado
era solo una fábula
la que ya no esperabas...
Pero el Quijote eterno
que aún me habita en el alma
se propuso que nunca
volviera ni una lágrima
y esos ojos tan bellos,
los que me enamoraban
solo tuvieran brillo
de una noche estrellada.
Me pregunté como habia sido la locura
de enamorarme de tus ojos y tu voz
y respondías mis preguntas con un beso
que se encargaba de mis dudas y el temor
y sin que nadie conjurara la ternura
me fue ganando acelerado el corazón
y como siempre otra vez pudo el milagro
de un nuevo amor embelleciendo mi canción!
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