martes, 3 de agosto de 2010

De los 50 años

Cincuenta años que llevo volando alto
y, sin embargo, no quiero bajar al suelo
pero algo ocurre después de ese meridiano
ya nos acecha la muerte con sus misterios
Después de doblar el codo vamos perdiendo
a nuestros seres queridos, nuestros amigos
los de la infancia, que amaban los mismos sueños
nos van dejando solos en el camino.-

Y, sin embargo, me obstino en seguir soñando
que puedo torcer el rumbo de los designios
con una canción que diga a los cuatro vientos
que yo soy el alfarero de mi destino
Me estoy sintiendo solo sin mis amigos
que con su amor le ponían alas al rumbo
de mi destino de cielo y de musiquero
de poeta enamorado de lo profundo

Pero a pesar de todo vive en mi alma
la infantil apetencia, la que interroga
¿Y que más? Que hay más allá de la esquina
quiere saberlo mi intrepidez vencedora
Mientras lleve el mensaje de la hermosura
no podrá con mi vida la indiferencia
mientras tenga el valor de sentirme vivo
no me importa que vengan otros cincuenta

No podrá con mi vuelo el abatimiento
las arrugas las llevo solo en el cuero
dentro de mí la dulce noche estrellada
me pide que me abra cancha, solo y sin miedo.-

Poesía rebelada contra el destino de musiquero que me tocó y que como tantos, somos víctimas de la indiferencia de los gobiernos de turno que destrozan la identidad y para peor, se autodefinen como los “defensores” de la Cultura cuando ella, no necesita quien la defienda sino que la promuevan, pero bue.... peras al olmo??? No se puede no?????? ja

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